Cada día que pasa está más claro que la función de los dirigentes del PP más que preocuparse por los ciudadanos es armar bronca, acusar al PSOE de cualquier cosa que se les ocurra. Ahora han cogido el pacto antitransfugismo con la moción de censura de concejales EX-MILITANTES DEL PSOE (NO OLVIDEMOS QUE HAN DEJADO DE MILITAR EN EL PARTIDO POR PROPIA INICIATIVA. SE HAN DADO DE BAJA); pero resulta que tienen gran cantidad de casos en su Partido que siguen militando en el mismo y están en las alcaldías gracias a mociones de censura apoyadas por un concejal tránsfuga.
Nadie habla ahora de la localidad pondevedresa de Silleda cuando sobre la alcaldesa de esa localidad pende la amenaza de una moción de censura impulsada por el PP y unos concejales tránsfugas. Ahí se callan.
Si se pone a Zaplana en el punto de mira porque llegó a la alcadía de Benidorm mediante moción de censura apoyada por un tránsufga, resulta que le dan la vuelta y dicen que no existía pacto antitransfugismo, o que el caso no es el mismo. La realidad es que Zaplana llegó a la alcaldía de Benidorm que le sirvió para ascender dentro del PP para ser Presidente de la Generalitat y posteriormente Ministro.
En la propia Provincia de Pontevedra, de la que Rajoy es originario, se han presentado nada menos que 10 mociones de censura y los que obtuvieron la alcaldía se presentaron en las siguientes elecciones. ¡Y ahora pide que los concejales, repito ex-militantes del PSOE, en Benidorm no repitan en las siguientes elecciones y que sea el Presidente Zapatero quien lo oficialice!
¿Cómo puede tener tanta cara dura? Quiere dar lecciones y en su Partido se producen continuamente violaciones del pacto antitransfugismo. Pero claro lo dice Rajoy y lo repiten sus coríferos: Esteban González Pons, la Sra. Cospedal o el Sr. Arenas. Están convencidos que a base de machacar en el mensaje de que el PSOE viola el pacto antitransfugismo es lo que quedará, cuando la realidad es que en el caso del PSOE, lo concejales se marchan del Partido o se les expulsa, mientras que en el PP se les premia, se les mantiene, se presentan en las siguientes elecciones y en algunos casos, como Zaplana, hacen carrera política en su propio Partido.
Pero claro, esta es la derecha que tenemos, que se dedicaron ayer a sacar pañuelos en el Senado, pidiendo la oreja para el Presidente del Gobierno de España, Rodríguez Zapatero, como si estuvieran en una plaza de toros en vez de en el hemiciclo. A ellos el respeto, la seriedad, la cortesía parlamentaria les traen sin cuidado, el caso es hacer ruido, poner el ventilador para que toda la porquería que tienen dentro del PP parezca que no existe, pero ahí está y con el tiempo les pasará factura.
La gente está ya harta de esta derecha retrógrada que no aporta nada, no pone ideas sobre la mesa, sólo críticas y descalificaciones, cuando no también infamías, como la de la Sra. Cospedal este verano. Y cuando la gente se harta sólo pueden pasar dos cosas: que piensen que todos los políticos somos iguales, que es lo que el PP desea, o que en las urnas castiguen a quien sólo se dedica a descalificar al contrario sin aportar nada positivo. Yo espero que sea esta segunda opción por la que opten los ciudadanos españoles. Porque no todos somos iguales, el PSOE, con el Presidente del Gobierno, a la cabeza se dedica a trabajar para que salgamos de esta crisis y el PP solo se dedica a descalificar, pues para ellos "cuanto peor vayan las cosas mejor". Es lo que desean.
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