El mes de septiembre es el mes en el que las fiestas proliferan por toda la geografía conquense. He tenido ocasión de estar en algunas, y la verdad es que cada año me sorprende más la pasión y el encanto de las mismas.
En la ciudad de Cuenca, estamos inmersos en las Fiestas de San Mateo, en las que las vaquillas son la mayor expresión de éstas. Pero, para mí, ha sido un orgullo mayor, ver como este año portaba el Pendón el Concejal más joven que lo ha hecho hasta ahora, Andrés Vieco Pernía. Un joven conquense, concejal del Grupo Municipal Socialista, que ha sabido estar a la altura de las circunstancias y llevarlo con gallardía y una inmensa pasión.
En estas fiestas de San Mateo, sigue siendo excesiva la cantidad de alcohol que corre por las venas de la juventud. Mucho se ha intentado, antes y ahora, pero parece que es algo connatural con las fiestas. Yo me niego a resignarme y espero, por el bien de los conquenses, que todos pongamos nuestro granito de arena, para que estas fiestas lúdicas por excelencia no se conviertan en una alabanza al Dios Baco.
Estoy convencido que la juventud conquense sabe divertirse con moderación y, a buen seguro, que irán comprendiendo que el alcohol, si se bebe con moderación, puede acompañar a las fiestas, pero los excesos es lo que hay que controlar con el fin de que no se produzcan casos, como ya se han producido, de "comas etílicos", y "borracheras", por la falta de control. Las fiestas se pueden vivir con alegría sin necesidad de acompañarlas con un exceso de bebidas alcóholicas. Espero que todos pongamos el empeño suficiente y que seamos capaces de hacer entender a los jóvenes que la diversión es buena pero que la moderación es mejor.
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