Son tan sonados los bochornos que sufren nuestros compañeros ediles en los sucesivos plenos del Ayuntamiento de Cuenca, que hasta algún periódico de tirada nacional, como Público, se ha hecho eco de ellos.
El pasado viernes tuvo lugar el penúltimo (lamentablemente habrá más). Tenían que votar una más que razonable propuesta socialista que en tiempos de crisis recomienda suprimir algunos cargos innecesarios. Intencionadamente y sin dobleces, no se mencionan aquí las personas que los ostentan y sólo hablamos de cargos para no contaminar el debate con otras variables. Pero ¿qué sentido tiene contar con directores generales o asesores municipales cuyas áreas carecen de competencia municipal?. Ningún sentido. Suponen un despilfarro que los conquenses no nos podemos permitir.
Pues bien, el Señor Pulido no permitió que se votara la propuesta después de haber sido debatida. ¿Acaso temía perder la votación? ¿Es lícito, digno o democrático negar una votación? ¿Es edificante?. Según el común de los mortales, de ninguna manera lo es, según los integrantes del equipo de gobierno, sí y se quedan tan panchos: "¡Pues no soy yo listo/a ni ná..!, parecen decir.
Esto es una cacicada propia de otros tiempos y de otros modelos políticos que creíamos haber superado, aunque cada vez nos hacen dudar más, ya sabéis, Garzón, Gürtel... Y luego dirán que no es necesario recuperar la memoria histórica.
No contentos con ello, además el señor Montserrat, preguntado sobre el asunto y sin más razones ni argumentos que justifiquen el acto, afirma en los medios que no pasa nada, que los socialistas están nerviosos peleando por ver quien es el candidato...
Los conquenses se han debido quedar pasmaos, los socialistas estamos justamente enfadados y debemos hacer saber que eso es un hecho antidemocrático y autoritario, impropio de nuestros tiempos.
Pero ¿qué deben estar pensando los votantes del PP? Y, sobre todo ¿qué debe estar pensando
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